Este fue el día más importante de mi vida, o por lo menos eso dice la biblia, la neta no fue tan buen día. Desperté y me di cuenta que me faltaban tres dedos del pie izquierdo, eso me enojó bastante, por si fuera poco, el milagro de reconstrucción corporal arde como la chingada, por que creen que nomás curé a un leproso, el pobre no aguantaba el ardor y yo no aguantaba sus gritos.
Luego en el desayuno, mi jefa quemó mi pan tostado, puta madre, no hay nada en este universo -y eso que yo lo sé todo- que me enoje más, entonces la maté con sus pinches panes quemados, pero luego me remordió la conciencia y la resucité.
Pero todavía hay más, llegando al taller, me puse a trabajar en mi proyecto, una cruz de 2.5 metros de alto por 1.5 de ancho (curiosamente en esta cruz fue en la que me crucificaron). Se me apareció mi padre y me dijo "Hijo mio, tomad esta cortadora de madrera motorizada, la cual, he nombrado: Cortadora de Madera con Motor. Usadla con prudencia, y cuidado con las manos, güey" ¿A ver, que pasó? Pues claro, me moché la puta mano, morí desangrado y resucité al tercer minuto, y de nuevo, el milagro de reconstrucción corporal.
Total, el pepe -que era el dueño del taller- me dió el resto del día libre, entonces me fuí a mi lugar privado (el bosque que milagrosamente hice aparecer), y cual fue mi sorpresa al ver a mi primo, Juan, jugando a los bautistas con sus lacras amigos "¡Me están empuercando toda el agua, culeros!" les dije, pero en lugar de salirse, se pusieron a jugar con más ganas, y con tantas ganas jugaron, que me convencieron de jugar también.
La foto, para variar, la tomó Judas. Es que él era el fotógrafo del grupo, "The Dirty Dozen" nos llamabamos, estaba bien chida mi banda, éramos del WJ, o sea Westside Jews y teníamos saludo secreto y toda la mamada... ah, que tiempos aquellos.
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